El Camp Nou era un estadio mágico. Era el hogar del FC Barcelona, uno de los clubes más grandes del mundo.
Las tribunas latían con las pulsaciones de los hinchas. Sin duda, ahí, comprendías lo que es ser parte de ese colectivo que integra el jugador número 12 que con fervor suma en favor del resultado.
Hoy, no era el Camp Nou, era el Estadio Olímpico Lluis Conmpanys de Montjuic lleno de esperanza. El Barcelona llegaba al Clásico con la oportunidad de recortar distancias con el Real Madrid en la Liga.
Pero el resultado fue un duro golpe para los azulgranas. El Real Madrid ganó 1-2 y el Barcelona sigue cediendo posiciones en la tabla.
La derrota duele más si fuera en el Camp Nou. Pero igual, ver a tu equipo perder en tu propia casa es un sentimiento difícil de describir. Los hinchas se quedaron en silencio al final del partido, conmocionados por lo sucedido.
El Barcelona necesita reaccionar. El equipo no está jugando bien y está perdiendo puntos importantes.
El Clásico fue un aviso de que el Real Madrid está un paso por delante.
Los catalanes tienen un equipo con mucho talento, pero no está rindiendo al máximo. El club necesita encontrar una solución para evitar que la temporada se escape.
