Maria Valeria es una joven karateca muy perseverante, quien con su actitud debe inspirar a muchos a luchar por sus sueños.
Viene de conseguir la medalla de plata en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, pero llegar no fue tarea sencilla.
Maria debe caminar diariamente 12 kilometros desde su casa hasta la Villa Olímpica de San Carlos en el estado Cojedes. Eso no la amilana, por el contrario le otorga el coraje necesario para valorar lo que hace.
Maria Valeria nos aporta una definición del Karate muy valiosa. “El Karate es mi pasión, es mi lugar favorito, el lugar donde puedo ir a entrenar y compartir con mis amigos, el lugar donde me siento segura de ser yo misma”. Asimismo le agradece al arte milenario la disciplina aprendida, el respeto, los amigos conocidos, dar lo mejor de si, además de saber administrar las victorias y derrotas.
Para acudir a los Juegos Centroamericanos tuvo que apoyarse en la solidaridad de los venezolanos que están fuera del país, quienes aportaron lo necesario para que hiciera el viaje junto a su madre.
“Después de Clasificar no tenia dinero para viajar, sino iba tendría que pagar una multa de 60 dólares, gracias a los venezolanos en el exterior me ayudaron a cumplir mi sueño, incluso uno de ellos me ayudó a que mi mamá fuera conmigo y no viajara sola”.
Maria Valeria estuvo cerca de colgarse el oro, pero su nobleza en la final se lo impidió. “No gané la medalla de oro porque en el Centroamericano conocí a una niña venezolana que me volví amiga de ella y me dio mucho miedo golpearla”.
En Pelota Caribe nos hacemos eco de la linda historia de una pequeña que de verdad es grande.
