Desde el 2018 el japonés Shohei Ohtani está reinventando el beisbol de las Grandes Ligas, mientras el mundo ha sufrido con la pandemia del COVID 19, con la emergencia climática, las tensiones geopolíticas y las crisis económicas, durante el mismo tiempo este joven nipón se ha convertido en un suceso para el beisbol.
Ohtani llegó a las mayores con 23 años de edad, luego de jugar en su país como lanzador y jardinero para los Fighters desde el año 2013 hasta el 2017. En ese periodo no solo deslumbró con su ofensiva, también lo hizo desde el morrito cuando registró el lanzamiento más rápido de un lanzador japonés al lograr una recta a 102.5 mph.
No es la primera vez que vemos en el beisbol fenómenos de esta magnitud. Recordemos a Babe Ruth, quien consiguió en su carrera 714 cuadrangulares al bate y 94 victorias como lanzador. Ohtani cuenta con 27 años de edad y ya ha conectado 108 jonrones y ha conseguido 19 victorias para su equipo Angels de Los Angeles.
Solo la presencia de Shohei en los estadios es suficiente para captar toda la atención de los aficionados, medios y todo aquel que ame el beisbol. Pareciera que este atleta no tiene ningún defecto, para muestra la jornada que tuvo hace dos días, en la conectó dos jonrones y remolcó 8 carreras, para convertirse en el jugador nacido en Japón con más empujadas en un juego, superando las siete remolcadas que Hideki Matsui tuvo en un encuentro en el 2009 y Tadahito Iguchi en el 2006. No contento con eso, al día siguiente blanqueó por 8 entradas a los Royals, estableciendo un récord personal al ponchar hasta 13 bateadores.
Ohtani hasta ahora solo se divierte con logros personales, ya fue novato del año, también Mas Valioso de la Liga America, pero a pesar de su talento, su equipo sufre mucho para ganar. Es posible que la simpatía que despierta el joven japonés sea tan grande como la frustración de los seguidores de los Angels, quienes ven a su equipo con más derrotas que victorias a 11 juegos de los Astros que lideran la división.
Por lo pronto en Los Angeles solo podrán conformarse con disfrutar al primer jugador en la historia de las Ligas mayores con múltiples jonrones y 10 ponches o más en juegos consecutivos del equipo, pero no luce factible verlos en la postemporada.
